CROACIA Y ESLOVENIA

CROACIA Y ESLOVENIA

DIA 1. 14/08/2024 Antequera - Gerona

Una jornada dura. Conducir desde Antequera a Gerona casi sin descansos. Subimos al coche con la emoción de las vacaciones y un poco de cansancio acumulado. La carretera se extiende ante nosotros, serpenteando a través de paisajes variados, desde las colinas andaluzas hasta las llanuras de Castilla.

Las primeras horas son las más llevaderas; la música suena y el café hace su efecto. Pero a medida que avanza el día, la monotonía de la carretera se hace presente. El tráfico es denso, los descansos breves.

Con cada kilómetro que pasa, la impaciencia se mezcla con el deseo de llegar. Las paradas para comer son rápidas, una bocanada de aire fresco y un par de bocados antes de volver a la carretera. El tiempo parece alargarse y la meta está siempre presente en nuestra mente.

A medida que nos acercamos a Gerona, la fatiga se siente más intensa. Cuando finalmente llegamos, a pesar del cansancio, la sensación de logro y la promesa de unas merecidas vacaciones hacen que todo valga la pena.


DIA 2. 15/08/2024 Mandello del Lario

Decidimos hacer kilómetros al igual que el día anterior, ya que nuestro objetivo es el norte de Italia y los paises de Eslovenia y Croacia. Y aunque pasamos por Montpellier, Nimes, Arles, Aix-en-Provence, Sisteron y Briançon, no paramos en ninguna de ellas. Son ciuades que ya hemos visitado en anteriores viajes.

Aquí os dejo el enlace por si a vosotros os apetece parar.

Entramos a Italia desde Briançon, que es la ciudad más alta de Francia, situada a 1.326 metros de altitud en la confluencia de cinco valles. Esta ciudad de arte e historia, fortificada por Baumann en el siglo XVIII, es ahora Patrimonio Mundial de la UNESCO. Briançon cuenta con un excepcional conjunto de edificios militares construidos entre los siglos XVIII y XX para mejorar el sistema defensivo de la ciudad.

En otra ocasión entramos a Italia cruzando el valle de Aosta. Ambas rutas son espectaculares y merecen la pena. Os ahorráis  peajes y atascos innecesarios ya que en verano estas zonas están más tranquilas y la recompensa es la espectacularidad del paisaje.

Así pues, aunque fueron muchos kilómetros hasta el LAGO DI COMO, el día se nos hizo ameno por todo lo que nos rodeaba.

PERNOCTA MANDELLO DEL LARIO


DIA 3. 16/08/2024 Lago di Como

Este día decidimos disfrutarlo en el LAGO DI COMO. Es un lago con forma de “y”, rodeado de rosadas montañas y salpicado de villas y pueblecitos de colores que se precipitan al lago.

Es un lugar con mucho encanto, que ya habiamos visitado hacia años pero que lo habiamos hecho a bordo de los barco que cruzan el Lago, (https://viajarconautocaravana.es/norte-de-italia-paraiso-de-la-humanidad/) pero nunca lo habiamos bordeado en moto. 

Cogimos la moto tras desayunar y nos dirigimos a Bellagio que se encuentra en el centro del lago en la intersección de ambos brazos, allí subimos a la ermita de NUESTRA SEÑORA DE GHISALLO, a 9 kilometros de Bellagio. La subida y las vistas sobre el lago son espectaculares.

Desde BELLAGIO, uno de los pueblos con más encanto y mas turístico del lago, nos dirigimos a NESSO, para ver su cascada y bañarnos en su desembocadura en el lago.

La perspectiva desde el barco ya la teníamos de la vez anterior pero os recomiendo la experiencia de bañaros bajo el puente y, si sois valientes, lanzaros al agua desde todo la alto de este puente.

A lo largo del lago y en las diferentes poblaciones váis a encontrar lugares donde poder bañaros, pero si alguno tiene un encanto especial es sin lugar a dudas éste.

Tras refrescarnos, nos dirigimos a COMO, la capital del lago que lleva su nombre, con su aire decimonónico, de terrazas, paseos y edificios que se abren al lago. Conviene pasear por su calles y acercarse a la plaza del duomo,  recorriendo sus calles de origen medieval y, porque no, hacer una parada para un aperol o un gelato.

Y de aquí a MENAGGIO, donde cogimos esta vez si el ferry hasta VARENNA para cruzar el lago. Aunque nos hubiera gustado ir a a BELLANO y ver su orrido (cascada), no lo hicimos por falta de tiempo. Llevamos 113 kilometros en el cuerpo y aun nos quedaban otros 30 para llegar al área. Así que preferimos pasear en Varenna, por su paseo de los enamorados hasta llegar al pequeño casco urbano de calles empedradas, escalinatas imposibles y pasajes llenos de flores.

Aquí os dejo los enlaces tanto del barco, como de la ruta en moto.

https://es.wikiloc.com/rutas-motociclismo/ruta-en-moto-lago-di-como-175204767

Tras la vuelta pensamos en dirigirnos al PASSO DEL STELVIO, porque aunque eran las siete de la tarde, habíamos leído que se llena de gente y es muy difícil encotrar aparcamiento para una autocaravana. Llegamos tarde y muy cansados, pero mereció la pena, pues a las nueve de la mañana estaba todo lleno y parecía una feria entre ciclistas, senderistas y moteros.


DIA 4. 17/08/2024 Passo STELVIO - Passo FEDAIA

Amanecemos en el PASSO STELVIO, puerto mítico del Giro de Italia y con una de las carreteras más impresionantes que hemos visto.

La subida al Passo dello Stelvio desde Gomagoi es una de las más épicas en el mundo del ciclismo. Comienzas en el pequeño pueblo, rodeado de paisajes alpinos, y ya desde el principio, la emoción se siente en el aire.

Después de una noche en la autocaravana en la cima del Stelvio, despertarte rodeado de montañas y con el aire fresco de la mañana es una experiencia única. El silencio de la mañana solo se interrumpe por el canto de los pájaros y el murmullo del viento.

La bajada a Gomagoi es un momento de pura adrenalina, con cada curva ofreciendo vistas impresionantes de los valles y picos circundantes. El descenso es rápido, y sientes la libertad al deslizarte por la carretera, disfrutando de cada momento.

Una vez en Gomagoi, te preparas para la subida de nuevo. Con la energía renovada, te enfrentas a las 48 curvas que te llevarán de vuelta a la cima. Cada giro es un desafío, pero también una oportunidad para admirar la belleza del paisaje. La carretera se eleva constantemente, y el aire se vuelve más fresco a medida que asciendes. La recompensa llega cuando finalmente alcanzas la cima, donde la sensación de logro y las vistas espectaculares hacen que cada esfuerzo valga la pena.

Es un viaje que combina el desafío físico con la belleza natural, dejando recuerdos imborrables.

https://www.altimetrias.net/aspbk/verPuertoW.asp?id=27

Después de una merecida ducha, nos vamos a visitar las tiendas de souvenirs que hay en la Cima Stelvio. Compramos el típico imán para la nevera y un maillot de ciclista. No puedes perderte las vistas del mirador que hay un poquito más arriva de estas tiendas, dónde se pueden ver casi las 48 curvas mientras tomas unas cervezas y algún aperitivo.

Para finalizar un día casi completo, bajamos nuevamente las infinitas curvas del Stelvio, pero esta vez los dos y en nuestra moto. Al subir, nos detuvimos en un restaurante que ofrece unas espectaculares vistas de las montañas nevadas mientras disfrutas de la comida.

Ya nos queda bajar nuevamente las curvas del Stelvio pero esta vez en nuestra autocaravana. Este gran coloso de los Dolomitas lo hemos exprimido a tope y lo hemos disfrutado a tope. Ha sido un día inolvidable.

Ponemos rumbo al Passo de Fedaia para dormir al pié de la Marmolada. Mañana nos queda otro día de pedal, moto y, si el tiempo acompaña y tenemos fuerzas, alguna ruta de senderismo.

PERNOCTA AL PIE DE LA MARMOLADA46.4535, 11.889


DIA 5. 18/08/2024 Passo FEDAIA - Canazei - Planica Nordic Centre

El día se presentó lluvioso y con tormentas, por lo que decidimos bajarnos hasta Canazei y aparcar en el Parking del funicular Alba Impianti Ciampac. Aquí pagas 10 euros hasta las 8 de la tarde y te lo devuelven si coges el funicular.

Nosotros optamos por aprovechar un claro del día, apenas un par de horas, y recorrer un sendero que une las diferentes localidades o núcleos poblacionales junto al río y que es apto hasta para personas con movilidad reducida y subir en bici al Passo Sella.

La subida al Passo Sella desde Canazei es una experiencia única, incluso en un día lluvioso. Mientras pedaleo, la niebla espesa envuelve el paisaje, dándole un aire misterioso. Las gotas de lluvia caen suavemente, y el sonido de las ruedas sobre el asfalto húmedo es casi hipnótico. Las montañas que me rodean parecen ocultarse en la bruma, creando un ambiente casi mágico.

A medida que avanzo, la humedad y el frío me acompañan, pero la emoción de conquistar el paso te impulsa. De repente, en un instante inesperado, las nubes comienzan a despejarse. Es como si el mundo se abriera ante mi.

Cuando las nubes se apartan, me encuentro cara a cara con la imponente pared del Sella. La majestuosidad de la roca, iluminada por la luz tenue que se filtra, es indescriptible. Los colores y las formas cobran vida, y por un momento, me siento pequeño ante la grandeza de la naturaleza.

Esa revelación hace que el esfuerzo valga la pena, convirtiendo un día gris y lluvioso en un recuerdo imborrable. La belleza del Sella, aunque fugaz, se queda grabada en mi memoria.

Tras comer pensamos en subir a las tres Cimas de Lavaredo pero el día no mejoraba. Seguía lloviendo con intensidad y con una niebla que impedía tener vistas despejadas y disfrutar del paisaje. Con mucho pesar pusimos rumbo a ESLOVENIA, en concreto a Planica, que está a 20 km de Italia entrando por TARVIESO Y EL LAGO FUSINE. La carretera fue infernal, muy bonita pero con subidas y bajadas constantes por TORNANTI. En fin 175 km y 4 horas.

  • PERNOCTA EN LAS PISTAS DE SALTOS DE KRANJSKA GORA
  • 46.4762, 13.7244 (lat, lng)
    N 46°28’34.3452” E 13°43’27.7176”
  • 167 Rateče
    4283, Slovenia

DIA 6. 19/08/2024  Planica Nordic Centre-BOHINJSKA BISTRICA

Peajes en Eslovenia: Todo lo que Necesitas Saber para Conducir

Eslovenia es un país de paso popular para viajeros en Europa central, y su sistema de peajes es diferente al de muchos otros países. A continuación, te explico cómo funcionan los peajes, cómo puedes evitarlos si lo prefieres y algunos consejos adicionales para tu viaje.

1. Sistema de Peajes en Eslovenia: Vigneta Electrónica

En Eslovenia, el sistema de peajes para las autopistas y carreteras rápidas se gestiona mediante una vigneta (viñeta) electrónica, en lugar de los tradicionales peajes con cabinas. La viñeta es una tasa fija que se paga por adelantado y permite el uso de estas vías durante un tiempo determinado.

Tipos de viñetas:

  • Semanal (7 días): ideal para visitas breves y turistas de paso.
  • Mensual: adecuada para estancias más largas.
  • Anual: recomendada para residentes o quienes visiten frecuentemente.

2. ¿Cómo se Paga la Viñeta?

El pago de la viñeta es fácil y puede realizarse de forma electrónica. Puedes comprarla en línea antes de entrar al país o adquirirla en puntos de venta en gasolineras cerca de la frontera y en algunos quioscos. Una vez pagada, se asocia a la matrícula de tu vehículo, y ya no es necesario llevar ninguna pegatina en el parabrisas como en otros países.

https://evinjeta.dars.si/selfcare/en/select-vignette

Recuerda: Circular sin viñeta en las autopistas es sancionado con multas elevadas.

3. ¿Es Posible Evitar los Peajes? Carreteras Alternativas

Si prefieres no pagar la viñeta o si simplemente deseas disfrutar de un recorrido más pintoresco, puedes optar por carreteras secundarias. Estas carreteras son gratuitas y, aunque el viaje puede ser un poco más largo, te permitirán conocer mejor los paisajes y pueblos eslovenos.

Ventajas de evitar las autopistas:

  • Evitas el costo de la viñeta.
  • Te permite descubrir rutas menos turísticas.
  • Puedes hacer paradas en pequeños pueblos y disfrutar de la cultura local.

Desventajas:

  • El viaje puede tomar más tiempo debido a las velocidades más bajas y posibles desvíos.
  • Las carreteras secundarias pueden no estar en tan buen estado como las autopistas principales.

4. Consejos para Viajar en Carretera por Eslovenia

  • Planifica tu ruta con antelación. Aunque el país es pequeño, las carreteras secundarias pueden ser algo complicadas en algunas zonas montañosas.
  • Considera la viñeta si vas a cruzar rápidamente de un extremo a otro. Las autopistas facilitan un tránsito rápido y fluido.
  • Presta atención a las señales: la entrada a las autopistas está claramente señalizada, por lo que podrás evitarlas con facilidad si te mantienes atento.

5. Conclusión

Conocer el sistema de peajes en Eslovenia te permitirá elegir la mejor opción para tu viaje. Ya sea que optes por comprar la viñeta y viajar rápidamente por las autopistas o prefieras recorrer las carreteras secundarias, estar informado te evitará sorpresas. ¡Disfruta de tu viaje y explora Eslovenia a tu ritmo!

VRSIC-Garganta del Soça (Rodeamos el símbolo de Eslovenia el TRIGLAR)

En Eslovenia debes ser muy cuidadoso con la pernocta, no debes hacerla en lugares no autorizados, es decir fuera de áreas legalmente establecidas o camping.

Cierto que son más caras que en España y en lugares turísticos abusan. Nosotros la primera noche dormimos por 18 euros en un área al pie de las pistas de saltos de Planika en Kransjska gora, desde aquí cogeremos la moto si el tiempo lo permite para poder hacer las cascadas de Pericnik y subir a la capilla rusa, pues es un poco complicado hacer el puerto de Vrsic y llegar a Bobec con una autocaravana.

Si decides subir un día lluvioso el Paso del Vrsic desde el Planica, tienes que tener presente que puede transformarse rápidamente en una aventura desafiante. Te cuento brevemente la mía:

La lluvia constante hace que el ambiente sea fresco y húmedo, y el cielo se cubre de nubes grises que parecen amenazar con más agua en cualquier momento.

A medida que comienzo la subida, el sonido de las gotas al caer se mezcla con el susurro del viento entre los árboles. Sin embargo, la carretera, que en condiciones secas podría parecer una ruta emocionante, se convierte en un terreno peligroso. La carretera está asfaltada en su totalidad, menos la curvas, que son muy empinadas y de piedras rodadas, por lo que exigen toda mi atención. La rueda de la bicicleta tiembla y patina ligeramente al atravesar los tramos más complicados, y debo estar alerta en cada giro. Si difícil es la subida, no puedes ni imaginar lo mal que se pasa en la bajada.

La visibilidad se reduce, y la niebla se aferra a las laderas, ocultando las vistas que normalmente te dejarían sin aliento. Sin embargo, a pesar de la dificultad, hay algo cautivador en este entorno. La naturaleza se siente viva, y el aire fresco y limpio parece revitalizarte.

Mientras subes, cada curva se convierte en un reto, y la adrenalina corre por tus venas. Pero también es crucial mantener la calma; la lluvia puede convertir la piedra resvaladiza en un enemigo silencioso. Con cada pedalada, aprendes a leer la carretera, a anticipar lo que viene y a ajustar tu ritmo.

A pesar del peligro, la experiencia de enfrentar la montaña en estas condiciones, con cada giro revelando un paisaje que se escapa entre la niebla, es un recordatorio de la belleza de la naturaleza, incluso en sus momentos más desafiantes.

No para de llover. Así que hubo que hacer cambio de planes:

En lugar de coger la moto, la subida la hicimos con la autocaravana a ese mismo Paso del Vrsic. La carretera estrecha y con tornantes ya la conocía yo por haberla hecho una hora antes con la bici. Eso me ayudó a realizar este recorrido con un poco más de seguridad. Paramos para hacer una visita a la CAPILLA RUSA (Ruska kapelica). Esta carretera la realizaron prisioneros rusos durante la I Guerra Mundial, y la capilla fue construida en memoria de unos soldados rusos que fueron sepultados por una avalancha de nieve mientras construían la carretera. A su lado también se encuentra la sepultura de tres de los soldados fallecidos. El monumento de la sepultura tiene forma de pirámide, con una inscripción en ruso: “A los hijos de Rusia”. El número exacto de soldados muertos no se conoce, pero se supone que durante la construcción de la carretera fallecieron entre 170 y 300 soldados rusos.

Para esta visita que se encuentra a pie de carretera, dejamos la auto en un apeadero que hay frente a la capilla. Seguimos dando la vuelta completa al Triglav y tras la subida al Vrsic, bajamos y completamos los 50 tornantes hasta llegar al valle del Soca. Seguía lloviendo pero esto no nos impidió bajarnos y disfrutar de algunos de los  pequeños senderos entorno al río de aguas turquesas.

La vuelta la continuamos hacia Italia. Mereció la pena disfrutar de estos paisajes y de las construcciones fronterizas.

Una vez de vuelta a Eslovenia, camino al Área Bohinjska Bistrica, decidimos acercarnos a ver la cascada de Peričnik, en la que puedes pasar por detrás de la misma.

El aparcamiento vale 10 euros para las autos, es pequeño y está a 6 km de la cascada. Al ver que se nos iba a hacer de noche decidimos dar media vuelta y nos fuimos directamente al área.

Esta ruta te permitirá disfrutar de la impresionante belleza natural de los Alpes Julianos, la emocionante conducción en el Paso Vršič y la tranquilidad del valle del Soca

  • PERNOCTA EN BOHINJSKA BISTTRICA
  • 15 EUROS AREA PRIVADA 
  • 46.2783, 13.9514 (lat, lng)
    N 46°16’41.9232” E 13°57’4.86”
  • Savska cesta 21
    4264 bohinjska bistrica,
    Slovenia

DIA 7. 20/08/2024 BOHINJSKA BISTRICA

En esta área nos quedaremos dos noches, ya que está a medio camino del Lago Bled y de Lago Bohinj.

Ambos lagos los visitaremos en moto. Si no dispones de ésta, la mejor opción es el camping Bled a pie del lago, aunque como todo en Eslovenia tiene un precio elevado. El País ha optado por un uso restringido de sus espacios naturales, que es mayor oferta turística. De ahí que los precios lleguen a ser abusivos. En Eslovenia se paga literalmente por todo, menos por el agua que es gratis. Se paga no solo por ver una cascada, una garganta, o hacer una ruta…si no que cada vez que aparcas para la visita debes también pagar el aparcamiento de la visita o los baños públicos del lugar visitado.

Lago Bled

El lago Bled es uno de los imprescindibles de Eslovenia. Se trata de un lago con una isla en medio (la única isla de Eslovenia). Vamos a un lugar de cuento.

En la isla hay una pequeña Iglesia y según cuenta la leyenda ”Dios cansado de que los pastores de la zona llevarán a pastar allí a su ganado y no respetarán el lugar creó el lago para evitar que profanaran el lugar”.

Mientras estás alrededor del Lago, no dejas de escuchar la campana de la Iglesia y no es porque llamen a Misa, es simplemente porque alguien dijo que tirando de la campana tus sueños se cumple, y todo el que llega y paga 12 euros por una pequeña capilla vacía sin valor patrimonial ninguno, tira de la campanita.

Pasamos todo el día en el Lago Bled:

Subimos al mirador de Ostrika, por un sendero pedregoso y bastante empinado (imprescindible zapatos deportivos). Recomendamos hacerlo lo primero de nada, ya que luego hay mucha gente y arriba no hay espacio para tantos turistas. Las vistas son impresionantes!! El esfuerzo merece la pena, desde aquí y desde el castillo es la única manera de ver completa la isla.

Luego tras la bajada y reponer fuerzas con una cerveza en la terraza que hay junto al camping, decidimos dar la vuelta al lago, ya que habíamos reservado allí mismo una barca con remos para las cinco y media.

Así que tras la vuelta, nos bañamos y pasamos la sobremesa en el agua disfrutando de una de las playas o lugares de baño que existen.

Para visitar la isla, la única que tiene Eslovenia, tienes dos opciones o coger una barca colectiva (15 euros persona) o alquilar una de remos individual (20 euros/hora y caben 4 personas). Cuando cojas la barca de remos, intenta ser puntual, para evitar que te cobren otra hora. Con nuestra barca de remos, llegamos a la Isla, subimos sus 90 escalones e hicimos las fotos protocolarias. Merece la pena por las vistas y por el paseo tan espectacular.

Ya que el calor había pasado subimos al Castillo, nos costó la entrada 17 euros, y sinceramente salvo por las vistas, no es que tenga ese valor la visita pues el castillo está vacío, dentro lo que hay es un restaurante, una bodega y una exposición sobre la historia del lugar.

Para finalizar el día cenamos en la Pizzeria Rustika, muy recomendable platos abundantes y a precios normales.

Típico de Bled es un pastel de crema y nata con hojaldre que verás por toda Eslovenia Kremna Rezina o kremšnita


DIA 8. 21/08/2024 Lago Bohinj - Liubliana

Ruta en moto al Lago Bohinj: Un viaje por la naturaleza eslovena

Comenzamos nuestro recorrido en Bohinjska Bistrica, un encantador pueblo en el valle de Bohinj rodeado de montañas y paisajes alpinos. La emoción se siente en el aire: sabemos que vamos hacia el Lago Bohinj, uno de los rincones más impresionantes y tranquilos de Eslovenia.

Inicio de la Ruta

Subimos a la moto, nos ajustamos los cascos y partimos, rodeados de las majestuosas montañas que bordean el valle. Desde Bohinjska Bistrica, tomamos la carretera que nos lleva directamente hacia el lago. A medida que nos acercamos, el aire se vuelve más fresco, cargado del aroma de los árboles y la humedad del lago cercano.

Primeras Vistas del Lago Bohinj

Al poco tiempo, tenemos la primera vista del lago, una escena absolutamente serena y perfecta, con las aguas reflejando las montañas circundantes. Es un momento que invita a parar y tomar fotos: el Lago Bohinj, con su color azul cristalino, se extiende majestuoso, rodeado por el Parque Nacional del Triglav, una de las áreas naturales más importantes del país.

Recorrido por la Orilla

Continuamos bordeando el lago en la moto, pasando por el puente de piedra que nos ofrece una vista perfecta hacia la iglesia de San Juan Bautista, una construcción medieval que parece sacada de un cuento de hadas. Aquí, el camino se estrecha y sigue serpenteando a lo largo de la orilla, llevándonos a lugares más recónditos y tranquilos del lago.

Naturaleza y Belleza en Cada Curva

A medida que avanzamos, la carretera se convierte en un estrecho camino que abraza las montañas y el agua, revelando vistas y recovecos únicos. Llegamos hasta Ukanc, en el extremo opuesto del lago, donde la carretera llega a su fin y el paisaje se abre ante nosotros con montañas y praderas alpinas que parecen interminables. Aquí, nos detenemos, apagamos la moto y respiramos la tranquilidad del lugar.

Parada Final: Naturaleza en Estado Puro

Desde Ukanc, el acceso continúa solo para quienes desean explorar a pie o en bicicleta, un detalle que mantiene la atmósfera intacta y salvaje. Tomamos un descanso y nos sentamos cerca del agua, disfrutando del reflejo de las montañas en el lago. Esta es una parada perfecta para quienes buscan un momento de calma y un contacto genuino con la naturaleza.

Regreso

El viaje de regreso es igualmente impresionante, con la luz del sol empezando a bajar detrás de las montañas, tiñendo el lago de tonos dorados y rosados. La carretera hacia Bohinjska Bistrica nos devuelve lentamente a la civilización, pero no sin dejar en nosotros el recuerdo de un rincón de Eslovenia donde la naturaleza y la paz son protagonistas.

Liubliana

Llegamos a Liubliana y comimos en el mismo área de autocaravanas. Visita por la tarde a la ciudad.

Era una tarde lluviosa en Ljubljana, con las nubes cubriendo el cielo y una ligera brisa que acariciaba la piel. Las calles empedradas brillaban con el agua, y el murmullo de la lluvia se mezclaba con el sonido del río Ljubljanica. A medida que avanzaba el día, las nubes comenzaron a despejarse, revelando un atardecer impresionante, lleno de tonos cálidos que se reflejaban en el agua.

Paseando por la ribera, disfrutamos de la atmósfera vibrante de la ciudad. Nos detuvimos en uno de los muchos bares que bordean el río, donde pedimos unas cervezas locales. La conversación fluía mientras observábamos a la gente pasar y el paisaje transformarse con los colores del atardecer.

Más tarde, decidimos subir al castillo de Ljubljana. La caminata nos llevó a través de senderos rodeados de árboles, y una vez en la cima, nos quedamos maravillados con la vista. Desde allí, el sol se escondía tras las montañas, tiñendo el horizonte de anaranjados y violetas.

Al bajar, el aire fresco de la noche nos recibió. Optamos por cenar en un acogedor restaurante junto al río, donde el ambiente era perfecto para cerrar un día tan encantador. Con cada bocado, saboreamos la cocina eslovena, mientras las luces de la ciudad comenzaban a brillar, reflejándose en las aguas del Ljubljanica, creando una estampa mágica que quedaría grabada en nuestra memoria.


DIA 9. 22/08/2024 Liubliana - Castillo de Predjama - Piran

Un paseo matutino por el centro de Liubliana es una experiencia encantadora que combina la frescura de la mañana con el bullicio de la vida cotidiana. Comenzar en el mercadillo, ubicado en la plaza frente al río Ljubljanica, es una excelente manera de sumergirse en la cultura local. A primera hora, los puestos están llenos de frutas y verduras frescas, flores coloridas y productos artesanales.

Mientras recorres el mercadillo, el aroma del pan recién horneado y del café se mezcla en el aire, invitándote a detenerte en una de las cafeterías cercanas para disfrutar de un desayuno al estilo esloveno. Un pastelito o una rebanada de potica, un tradicional pastel de nuez, complementan perfectamente una taza de café.

Después de explorar el mercadillo, puedes pasear por las pintorescas calles circundantes. Los edificios de colores pastel, con sus balcones de hierro forjado y detalles arquitectónicos, crean un ambiente encantador. A medida que te acercas al río, los puentes de piedra, como el famoso Puente Triple, ofrecen vistas maravillosas del agua cristalina y del animado ambiente.

Al caminar por las orillas del Ljubljanica, puedes observar a los locales y turistas disfrutando de la mañana: algunos pasean con sus perros, otros leen en los bancos, mientras los ciclistas se deslizan por los senderos. El murmullo del agua y el suave sonido de las conversaciones crean una atmósfera relajante.

Finalmente, un vistazo a la colina del Castillo de Liubliana, que domina la ciudad, invita a planear una visita más tarde. El paseo concluye con una sensación de conexión con la vida local y el deseo de explorar más de esta hermosa capital eslovena.

Visita al castillo de Predjama

Después del paseo matutino a la ciudad de Liubliana, nos vamos a visitar el castillo de Predjama,experiencia única que combina historia, arquitectura y belleza natural. Situado a unos 9 kilómetros de la famosa cueva de Postojna, este castillo renacentista se alza espectacularmente en la boca de una cueva, rodeado de acantilados y un paisaje impresionante.

Al llegar, lo primero que te impacta es la vista del castillo, que parece emerger de la roca misma. La entrada te da la bienvenida con un ambiente medieval, y al ingresar, te sientes transportado a otra época. Los pasillos y salas del castillo están decorados con muebles antiguos y artefactos que cuentan la historia de los nobles que una vez habitaron este lugar.

Mientras exploras, puedes aprender sobre la leyenda de Erazem de Predjama, un caballero conocido por sus hazañas y su resistencia durante un largo asedio. Las historias de valentía y traición se entrelazan con la historia del castillo, haciéndote sentir la atmósfera de misterio y aventura.

No te pierdas la oportunidad de caminar por los senderos alrededor del castillo, donde las vistas del valle y los bosques circundantes son impresionantes. La combinación de la arquitectura del castillo con el entorno natural es realmente cautivadora, especialmente en un día soleado.

Al final de la visita, quizás quieras disfrutar de un momento de tranquilidad en la pequeña cafetería cercana, saboreando un café mientras contemplas la majestuosidad del castillo. La visita al castillo de Predjama es, sin duda, una experiencia inolvidable que te deja con un profundo aprecio por la historia y la belleza de Eslovenia.

El castillo se visita por libre, con audioguía en español y otros 16 idiomas, que está incluida en el precio de la entrada. Dura poco más de una hora, aunque todo depende de lo que te entretengas haciendo fotos.

ENTRADA 20 €

HORARIO DE 9:00 A 18:30

https://www.postojnska-jama.eu/es/informacion/visita-del-castillo-de-predjama/

https://www.postojnska-jama.eu/es/entradas/

Área de autocaravanas de Kozina, a 10 km de las cuevas 

Visita de Piran en moto desde Koper

Visitar Piran al atardecer es una experiencia mágica que captura la esencia de esta pintoresca ciudad costera eslovena. Al llegar, la luz dorada del sol se refleja en los edificios venecianos, creando un ambiente cálido y acogedor.

La plaza Tartini es el corazón de Piran, donde la imponente estatua del famoso violinista Giuseppe Tartini se erige en el centro. A medida que el sol se pone, la plaza se llena de vida: los lugareños y turistas se reúnen, y los cafés empiezan a iluminarse con luces suaves, invitando a disfrutar de una bebida al aire libre.

Después nos dirigimos hacia el puerto, donde los barcos de pesca y las pequeñas embarcaciones están amarradas. El sonido suave de las olas y el aroma del mar te envuelven mientras observas cómo el cielo se tiñe de tonos anaranjados, rosados y violetas. Las gaviotas vuelan sobre el agua, completando la escena idílica.

El sol ya se ha ocultado y nosotros nos diponemos a subir a la colina donde se encuentra la iglesia de San Jorge. Desde aquí, la vista panorámica de Piran y el mar Adriático es impresionante. Las luces de la ciudad comienzan a encenderse, creando un hermoso contraste con el cielo crepuscular.

Finalmente, nuevamente en la plaza Tartini, nos sentamos en un restaurante para disfrutar de una cena mediterránea, con frescos mariscos y platos típicos eslovenos. Con el murmullo del mar de fondo y el aroma de la comida, el atardecer en Piran se convierte en un recuerdo imborrable. Es un momento perfecto para reflexionar y apreciar la belleza de este encantador destino costero.

  • (6000) PZA Koper
  • 45.5378, 13.7386 (lat, lng)
    N 45°32’16.08” E 13°44’18.96”
  • Sermin
    6000 Koper, Slovenia

DIA 10. 23/08/2024 Koper - Cueva de Škocjan - Rovinj

Una Mañana en Koper: Historia, Encanto Costero y un Chapuzón en el Adriático

Empezamos el día temprano en Koper, una ciudad costera en el suroeste de Eslovenia, conocida por su encanto medieval y su ambiente relajado. El sol apenas empieza a iluminar la costa del Adriático, y el aire fresco de la mañana se siente perfecto para explorar este destino lleno de historia y belleza.

Paseo por el Centro Histórico

Nuestro recorrido inicia en el corazón de Koper, la Plaza Tito, una de las plazas más bellas de Eslovenia. La atmósfera aquí es especial, con la elegante Catedral de la Asunción y su imponente campanario medieval vigilando la plaza. Nos detenemos a admirar el Palacio Pretoriano, una joya arquitectónica de estilo veneciano que parece transportarnos a otra época, cuando Koper era una de las ciudades más importantes de la República de Venecia.

Seguimos explorando las callejuelas empedradas, llenas de pequeños cafés y tiendas artesanales. A esta hora, el centro todavía está tranquilo, lo que nos permite disfrutar de la arquitectura renacentista y barroca, así como de los detalles en las fachadas que muestran la influencia de diversas culturas mediterráneas.

Un Café con Vistas al Mar

Hacemos una breve parada en un café frente al puerto para disfrutar de un café con leche y un croissant, típico desayuno local. Mientras tomamos el café, observamos los barcos en el puerto y la brisa marina nos recuerda que estamos a solo unos pasos del Adriático.

Camino a la Playa de Koper

Después de nuestro desayuno, caminamos unos minutos hacia la Playa de Koper, una pequeña pero agradable zona de costa ideal para un baño relajante. La playa es una mezcla de áreas de césped y una plataforma de madera desde donde los visitantes pueden lanzarse al agua, que es cristalina y de un azul intenso, típico de la costa eslovena.

Un Chapuzón Refrescante en el Adriático

Nos cambiamos y bajamos al agua. Al entrar, sentimos la refrescante sensación del mar Adriático, que en la mañana todavía está tranquilo y claro, permitiendo ver el fondo de piedras y pequeñas conchas. Nos damos un breve baño, disfrutando de la calma y el silencio del entorno. La temperatura del agua es ideal para refrescarnos después de explorar el casco antiguo y resulta revitalizante.

Relajación en la Playa y Fin del Paseo

Tras el baño, nos secamos bajo el sol, que ya empieza a calentar con más intensidad. Desde la playa, se puede ver el perfil de la ciudad, con su mezcla de construcciones modernas y antiguas, y el verde de los viñedos y olivares que rodean la región de Koper.

Esta mañana en Koper ha sido la combinación perfecta de historia, cultura y relax en el mar, una experiencia que muestra la esencia de esta pintoresca ciudad costera de Eslovenia.

Visita a la Cueva de Škocjan: Explorando el Mundo Subterráneo de Eslovenia

https://park-skocjanske-jame.mojekarte.si/en/buy-step-1.html

La Cueva de Škocjan es una de las maravillas naturales de Eslovenia y una de las más impresionantes del mundo. Reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta cueva es famosa por su grandiosa sala subterránea y su espectacular río subterráneo. Aquí te cuento cómo es nuestra visita a este asombroso lugar.

Llegada al Parque Regional de Škocjan

El viaje comienza al llegar al Parque Regional de Škocjan, en el suroeste de Eslovenia. Al llegar, nos encontramos rodeados de un entorno natural lleno de vegetación y un paisaje kárstico característico. El parque cuenta con un centro de visitantes donde te ofrecen mapas, información y exhibiciones sobre la cueva y su historia geológica.

Ingreso a la Cueva

Una vez nos unimos al grupo de visita guiada, el recorrido se inicia bajando por un serpenteante camino que nos lleva a la entrada de la cueva. El aire fresco nos envuelve y el ambiente se vuelve misterioso mientras descendemos hacia el interior. La cueva se abre con estalagmitas y estalactitas que parecen esculturas naturales, formadas a lo largo de millones de años.

La Gran Sala: Maravíllate con el Templo de la Naturaleza

Uno de los momentos más impresionantes de la visita es cuando llegamos a la Gran Sala, una inmensa cámara subterránea que parece sacada de otro planeta. Con techos que alcanzan alturas de hasta 100 metros, esta sala es una de las más grandes de Europa. El guía enciende luces para que podamos observar la magnitud del lugar, donde las formaciones calcáreas parecen columnas y figuras surrealistas.

Cruzando el Puente sobre el Río Reka

Una de las experiencias más emocionantes es cruzar el puente que se extiende sobre el río Reka, un caudal subterráneo que ruge al fondo de la cueva, a decenas de metros bajo nuestros pies. La fuerza del río es palpable y el sonido resuena en las paredes de la cueva, creando un ambiente espectacular. Desde aquí, vemos cómo el río desaparece en la oscuridad hacia el fondo de la cueva, siguiendo su curso subterráneo.

Explorando las Profundidades

El recorrido sigue con un paseo por las pasarelas y senderos que nos llevan a través de cámaras más pequeñas, cada una con su propia atmósfera y formaciones. A lo largo del camino, el guía nos explica cómo la cueva ha sido un punto de interés desde tiempos prehistóricos, cuando las primeras civilizaciones habitaban el área.

Salida de la Cueva y Vista del Cañón

Después de aproximadamente una hora y media explorando este mundo subterráneo, el recorrido llega a su fin en la salida de la cueva. La luz natural vuelve a iluminar el entorno, y llegamos a un mirador que nos permite observar el cañón del río Reka desde el exterior, una vista que nos recuerda la grandeza del paisaje kárstico y la increíble obra de la naturaleza.

Conclusión

La visita a la Cueva de Škocjan es una experiencia inolvidable que revela un mundo oculto y majestuoso bajo tierra. Desde las inmensas salas hasta el río subterráneo, cada paso en este recorrido es una muestra de la naturaleza en su estado más puro y salvaje. La cueva es un destino ideal para quienes desean explorar las profundidades de la Tierra y dejarse sorprender por la inmensidad de este impresionante fenómeno natural.

En el caso de que el recorrido anteriormente descrito sea de entre 2 hrs 30 min y 3 hrs, de 5 km y aprox. 1000 pasos es demasiado difícil, puedes optar por una salida temprana del sistema de cuevas en el Gran Colapso Dolina (Velika dolina) (lo que significa 3 km de caminata y 500-800 pasos) después de salir a la luz del día.

Un Atardecer en Rovinj: Mar, Sol y Sabores del Adriático

Rovinj es un pequeño paraíso costero en la península de Istria, Croacia, y uno de los destinos más románticos del Adriático. Con su casco antiguo encaramado en una península y rodeado de mar cristalino, este pueblo pesquero es ideal para disfrutar de un paseo al atardecer, un baño refrescante y una deliciosa cena de pescado fresco.

Paseo por el Casco Antiguo al Atardecer

Comenzamos nuestra tarde explorando el laberinto de callejuelas empedradas del casco antiguo, lleno de historia y encanto. Las casas de tonos pastel, muchas de ellas con contraventanas de madera y macetas de flores colgando de los balcones, reflejan la suave luz dorada del sol poniente. A medida que el sol desciende, nos dirigimos hacia la colina en el centro del pueblo, coronada por la iglesia de Santa Eufemia, cuya torre de campanario nos ofrece vistas panorámicas del mar y las islas cercanas.

Un Baño al Final del Día

Dejando la iglesia detrás, bajamos por un camino que nos lleva a una pequeña cala rocosa, perfecta para darnos un baño justo antes de que el sol se esconda en el horizonte. Nos cambiamos y entramos al agua, que se siente cálida y refrescante a la vez. La calma del Adriático en esta hora del día es inigualable: el mar brilla en tonos naranjas y violetas que combinan con el cielo, y el ambiente es tranquilo, con solo el sonido de las olas y algunas gaviotas que pasan volando.

Cena en el Puerto: Pescado Fresco en un Kiosco Típico

Después del baño, nos secamos y nos dirigimos al puerto, donde el aire se llena de aromas a mar y a pescado recién cocinado. En el puerto, hay varios kioscos típicos donde los pescadores y locales sirven platos de pescado fresco capturado esa misma mañana. Nos acercamos a uno de estos puestos, donde se puede ver una parrilla al aire libre con sardinas, calamares y pulpo cocinándose lentamente.

Optamos por un plato de sardinas a la parrilla, que nos sirven en un plato sencillo acompañado de pan casero, aceite de oliva y una ensalada de rúcula y tomate. El sabor es intenso y auténtico, con ese toque de sal del Adriático y la frescura de ingredientes locales. Mientras comemos, disfrutamos del bullicio tranquilo del puerto: pescadores que terminan su jornada, turistas y locales que charlan en las terrazas, y el sonido relajante del agua golpeando suavemente las barcas.

La Magia del Final del Día

Con la cena terminada y la noche cayendo, nos damos un último paseo por la orilla, respirando el aire fresco y salado mientras las luces del puerto comienzan a iluminar las calles. El atardecer en Rovinj ha sido una experiencia perfecta, llena de paisajes, sabores y momentos que capturan el verdadero espíritu de la vida costera en el Adriático.

Parking AC Rovinj 10 €/noche
45.0888, 13.6567


DIA 11. 24/08/2024  Rovinj - 
Poreč - Pula

Desde Rovinj, sin mover la autocaravana, nos dirijimos en moto a Porec. Cada curva parecía más perfecta que la anterior, con el mar Adriático desplegándose en un panorama impresionante a nuestra izquierda. La carretera, rodeada de naturaleza y pequeñas casas dispersas, parecía invitarnos a detenernos y disfrutar de la vista, pero sabíamos que aún nos esperaba la ciudad.

Al llegar a Porec, estacionamos la moto y nos sumergimos en las estrechas calles empedradas de la ciudad antigua. Cada rincón tenía su propio encanto, con edificios de tonos cálidos que parecían contar historias de siglos pasados. Nos dejamos llevar por el ambiente relajado y acogedor, admirando las tiendas de artesanía local y los cafés al aire libre que daban vida a la plaza principal.

Decidimos entrar en la Basílica Eufrasiana, un lugar que sabíamos que no podíamos perdernos. Al caminar por su interior, nos sorprendió la calma que emanaba de sus paredes, adornadas con hermosos mosaicos que parecían brillar a la luz suave que se filtraba desde los ventanales. Nos quedamos unos minutos allí, en silencio, simplemente apreciando la historia que se respiraba en cada rincón de este patrimonio mundial.

Continuamos nuestro paseo por las callejuelas de Porec, disfrutando del ritmo pausado de la ciudad, donde la mezcla de lo antiguo y lo moderno nos invitaba a perder la noción del tiempo. Sin duda, había algo especial en este lugar, un equilibrio perfecto entre la belleza natural y la riqueza cultural que nos dejó una impresión imborrable.

Por la tarde, ya en autocaravana, nos dirigimos a Pula. Tiene un gran área de autocaravanas a la entrada de la ciudad.

Esa tarde en Pula, el sol bañaba con una luz dorada las calles empedradas de la ciudad. Decidimos empezar nuestro recorrido por el majestuoso anfiteatro romano, una estructura tan imponente que parece resistir al tiempo. Mientras caminábamos por sus pasillos, la historia nos envolvía; podíamos imaginar a miles de espectadores vitoreando desde sus asientos, observando gladiadores enfrentarse en combates épicos. El sonido de nuestros pasos resonaba en el antiguo coliseo, y por un momento, nos sentimos parte de ese pasado remoto.

Desde allí, nos dirigimos hacia el Arco de los Sergios, una joya arquitectónica que marca la entrada a la antigua ciudad. Este arco, erigido en honor a la familia Sergia, nos ofreció una visión clara de cómo las grandes familias romanas influían en el paisaje urbano. Nos quedamos allí unos minutos, admirando los detalles esculpidos en la piedra que resistieron siglos de historia y cambios.

A pocos pasos de allí, nos encontramos con el Templo de Augusto, un antiguo edificio que sigue de pie, casi intacto, como si el emperador aún estuviera mirando hacia el horizonte. Nos acercamos con respeto, observando las columnas dóricas que se elevaban hacia el cielo. Nos imaginamos cómo la ciudad vibraba alrededor de este templo en tiempos de gloria, un lugar de devoción y poder.

Tras este encuentro con el pasado, seguimos hacia el Foro Romano, el centro neurálgico de la vida en Pula en la época romana. Mientras caminábamos por lo que alguna vez fueron sus plazas y caminos, tratábamos de visualizar las actividades cotidianas de los ciudadanos romanos: comerciantes, soldados, y los mismos habitantes de Pula que, como nosotros, se maravillaban ante la grandeza de su ciudad.

Nuestro último destino nos llevó hasta la Puerta de Hércules, una estructura que se erige con firmeza, recordándonos la fuerza y la mitología de los antiguos dioses. Nos detuvimos frente a ella, pensando en los mitos que habrán alimentado la imaginación de los habitantes de Pula hace siglos. El viento suave parecía susurrarnos historias olvidadas, mientras observábamos la puerta que todavía marca el límite entre el pasado y el presente.

Con cada paso, sentíamos que el tiempo se desdibujaba, y que, por un rato, éramos parte de esa historia tan rica y vibrante que aún late en las piedras de Pula.

Parking AC Pula 14 €/noche
44.8850, 13.8490


DIA 12. 25/08/2024 Pula- Rastoke


A la mañana siguiente, partimos hacia Rastoke. El viaje, aunque corto, estuvo lleno de momentos de reflexión. A medida que nos acercábamos a este pintoresco pueblecito, no dejaba de sorprendernos la enorme huella que la guerra por la independencia de Croacia con la antigua Yugoslavia había dejado en el paisaje y en los recuerdos de sus gentes. Las cicatrices del pasado se sentían en el aire, aunque el entorno comenzaba a transformarse en algo más sereno y acogedor.

Al llegar a Rastoke, el panorama cambió por completo. Las pequeñas casas de madera, los canales y los puentes sobre el agua nos hicieron sentir como si hubiésemos sido transportados a otro tiempo. Decidimos pasar la tarde de una manera perfecta: dándonos un baño refrescante en las aguas cristalinas de este rincón idílico, rodeados de verdes prados y, sobre todo, de las impresionantes cascadas que caían suavemente a nuestro alrededor. El sol estaba espléndido, bañando todo con una luz dorada, y el sonido del agua fluyendo nos envolvía en una calma que contrastaba con las huellas del pasado que habíamos dejado atrás.

Tras un rato de relajación, nos dirigimos a nuestra autocaravana para ducharnos y refrescarnos. Al caer la noche, nos aventuramos a cenar en el pequeño pueblo. Nos dejamos llevar por la autenticidad de los restaurantes locales, donde el aire fresco de la noche nos daba la bienvenida y la comida casera croata nos llenaba de satisfacción. La atmósfera del lugar, combinada con la calidez de sus habitantes, nos hizo sentir como si hubiésemos encontrado un rincón de paz, muy alejado de los ecos de la guerra y del bullicio de la ciudad.

Rastoke, con sus paisajes naturales y su quietud, nos ofreció un respiro, una oportunidad para desconectar y disfrutar de la belleza de Croacia.


DIA 13. 26/08/2024 Rastoke- Plitvice Lakes National Park -Zadar

Cerca de Rastoke, se encuentra una de las joyas más impresionantes de Croacia: el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, un lugar que, al igual que un sueño hecho realidad, nos recibió con su espléndida naturaleza. Habíamos reservado las entradas con anticipación, por lo que partimos temprano, llenos de expectación, para aprovechar al máximo todo lo que este paraíso natural tenía para ofrecer.

Desde el momento en que llegamos, el aire fresco de la mañana y la suavidad del paisaje nos envolvieron. Decidimos optar por la ruta larga, la cual prometía ser una experiencia completa, y con cada paso, el parque se iba desvelando ante nosotros de una manera mágica. Caminamos por senderos rodeados de altos árboles, el suelo cubierto de hojas secas que crujían bajo nuestros pies, mientras el sonido del agua fluyendo nos guiaba a lo largo del recorrido.

A medida que avanzábamos, los lagos cristalinos se desplegaban ante nosotros como espejos de agua que reflejaban el cielo azul, rodeados de montañas verdes y frondosos bosques. Las aguas turquesas de los lagos más grandes eran un espectáculo hipnótico, tan claras que podíamos ver el fondo perfectamente, donde pequeños peces nadaban suavemente. Cada rincón parecía más surrealista que el anterior.

Uno de los momentos más destacados fue el paseo en barco, que nos llevó a través de uno de los lagos más grandes, rodeado de acantilados y vegetación exuberante. El suave movimiento del barco nos ofreció una perspectiva completamente diferente de la belleza del lugar, y el silencio que reinaba, interrumpido solo por el murmullo del agua y el canto lejano de las aves, nos hizo sentir completamente en armonía con la naturaleza. Las montañas se reflejaban en el agua, creando un juego de luces y sombras que parecía sacado de una pintura.

Después del paseo en barco, seguimos nuestra ruta por una serie de puentes de madera elevados, que cruzaban los lagos y nos llevaban a cascadas imponentes. Algunas caían desde grandes alturas, creando un estruendo suave que se mezclaba con el murmullo del viento. Nos detuvimos varias veces para observar la majestuosidad de las cascadas de Veliki Slap, que caían con fuerza en una piscina de agua cristalina, formando una neblina ligera que nos refrescaba.

A lo largo del recorrido, no solo nos asombraron las vistas, sino también la flora y fauna que habitaban este entorno tan único. En ocasiones, veíamos ciervos tranquilos entre los árboles o aves exóticas que volaban por encima, mientras las mariposas de colores brillantes danzaban alrededor de los arbustos. La biodiversidad del parque hacía que cada rincón fuera aún más fascinante.

El tiempo parecía no pasar, pero a medida que avanzaba la jornada, decidimos tomar un descanso para disfrutar de un picnic en uno de los miradores, donde nos sentamos a la sombra de los árboles y comimos rodeados de una paz absoluta. La luz del sol filtrada por las hojas creaba pequeños destellos dorados sobre las aguas tranquilas de los lagos.

Finalmente, al acercarnos al final de la ruta, nos dirigimos hacia una de las vistas panorámicas más impresionantes, donde pudimos contemplar el parque desde las alturas, viendo cómo los lagos se conectaban entre sí en un sinfín de azules y verdes. Estábamos agotados, pero satisfechos, con el corazón lleno de una gratitud inmensa por haber tenido la oportunidad de experimentar este paraíso natural.

Al finalizar el recorrido, nos dirigimos hacia la salida del parque, todavía absortos por lo vivido. El Parque Nacional de los Lagos de Plitvice nos dejó una sensación de asombro y paz que jamás olvidaríamos. Sin duda, un día completo en este lugar mágico fue una de las experiencias más inolvidables de nuestro viaje.

Para dormir nos fuímos a Zadar, ya que la pernocta en el Parque está prohibida.

Es una noche cálida de verano en Zadar. El aire lleva consigo un aroma salino, fresco, y la luz del atardecer se filtra entre las antiguas piedras de la ciudad. Estamos aquí, rodeados de un paisaje que parece detener el tiempo, disfrutando del instante. Decidimos meternos al mar, y, al caer la tarde, nos acercamos al muelle, donde el órgano marino susurra su melodía a medida que las olas golpean suavemente las piedras. La puesta de sol tiñe el cielo de tonos anaranjados y rosados, creando un espectáculo sobre el agua. Nos lanzamos al mar, la sensación del agua fresca sobre la piel es revitalizante, como si el propio océano nos abrazara.

Cuando salimos del agua, nos sentamos en el muelle, con una cerveza en mano, y observamos el sol desaparecer lentamente detrás del horizonte. Sus últimos rayos parecen fundirse con la superficie del mar, reflejándose en las olas como pequeños destellos dorados. Es un momento mágico, como si todo el universo estuviera viendo este mismo reflejo, entre nosotros y el cielo. Pero antes de irnos, nos dirigimos hacia un suelo especial, justo frente al mar: el Saludo al Sol.

Es un círculo de luces en el suelo, diseñado para captar y reflejar la energía del sol. A medida que se apagan las luces del día, este piso de cristal se ilumina suavemente, creando una constelación de luces que parecen extenderse hacia el horizonte. Miramos fijamente el suelo, y, al igual que el sol se hunde en el mar, el reflejo de la constelación solar se ilumina bajo nuestros pies. Cada luz parece contar una historia sobre la conexión entre el cielo y la tierra, un recordatorio de que el sol siempre vuelve, incluso cuando no lo vemos. La sensación es casi espiritual, un cierre perfecto para la despedida del día.

Después de esta experiencia tan llena de serenidad, decidimos recorrer la ciudad. La historia de Zadar se despliega ante nosotros. Primero llegamos al foro romano, donde las ruinas nos cuentan historias de tiempos pasados. A pocos pasos, encontramos el convento de Santa María, un rincón de calma, con la brisa del mar acariciando las paredes de piedra. La iglesia de San Donato, con su majestuosa arquitectura, se alza en todo su esplendor, invitándonos a entrar y admirar sus detalles. Luego, caminamos por las antiguas murallas, donde podemos sentir el peso de siglos de historia bajo nuestros pies.

La puerta de Zadar nos impresiona por su imponente presencia, y la Plaza de los 5 Pozos es otro de esos lugares que parece haberse quedado congelado en el tiempo. Las piedras, los pozos, las luces suaves de la noche… todo tiene una belleza única, una magia que nos envuelve. Y mientras seguimos explorando, el murmullo del mar en la distancia nos recuerda que Zadar, con su mezcla de historia, naturaleza y tranquilidad, es un lugar donde el tiempo realmente se detiene.


DIA 14. 27/08/2024 Zadar-Lago di Garda

Desde Zadar, con el sol aún bajo en el cielo y el aire fresco de la mañana, decidimos comenzar nuestra aventura hacia Italia. El Lago de Garda nos esperaba, y habíamos planeado recorrerlo en moto, lo que nos daba la libertad de sentir la carretera, el viento y la belleza del paisaje a nuestro alrededor. Salimos temprano para aprovechar al máximo el día, y, sin prisas, cruzamos Eslovenia, evitando las autopistas de peaje, disfrutando de la tranquilidad de las carreteras secundarias. Fue un trayecto agradable, casi como un suspiro entre los verdes campos y las montañas lejanas.

A medida que nos acercábamos a Trieste, la frontera parecía casi invisible, y de repente ya estábamos en Italia, sin necesidad de hacer una parada más que para saludar el cambio de país. El paisaje cambiaba poco a poco, pero la sensación de estar cruzando a un lugar nuevo nos llenaba de expectación. Sin embargo, a partir de ese momento, las cosas empezaron a complicarse un poco más. Los atascos y las caravanas italianas eran inevitables, una parte del viaje que ya sabíamos que formaba parte del paquete. Nos unimos a la multitud de coches y camiones que se deslizaban lentamente, avanzando sin prisa, pero con la sensación de que estábamos dejando atrás los paisajes más tranquilos y entrando en la vibrante vida de las carreteras italianas.

Finalmente, llegamos a nuestro destino: el Area Sosta Camper Monzambano, un lugar con excelentes referencias, y no nos defraudó. El área de autocaravanas estaba perfectamente equipada, tranquila y rodeada de naturaleza. Nos estacionamos con facilidad, y después de un rato, nos relajamos y comenzamos a disfrutar de la paz del entorno.

Esa misma tarde, con el sol aún brillante sobre el lago, decidimos no perder tiempo y salir a recorrer la parte izquierda del Lago di Garda. Montados en la moto, nos dirigimos hacia Desenzano del Garda, un destino que ni siquiera habíamos planeado, pero que rápidamente se convirtió en uno de los momentos más especiales del día. La carretera, serpenteante y cercana al agua, nos regalaba vistas impresionantes del lago y las montañas circundantes, pero lo que más nos atrapaba era la sensación de estar entrando en un lugar nuevo, lleno de historia y encanto.

A medida que nos acercábamos a Desenzano, la tarde empezaba a decaer, y decidimos que sería prudente no alejarnos demasiado. Así que, sin pensarlo mucho, encontramos un lugar para aparcar nuestra moto. El sol estaba comenzando a bajar, y la luz dorada le daba al pueblo un aire aún más mágico. Decidimos quedarnos y explorar. No teníamos ninguna prisa, pero queríamos disfrutar de la ciudad antes de que la noche cayera por completo.

Desenzano del Garda nos sorprendió gratamente. Aunque no era parte de nuestros planes originales, pronto nos dimos cuenta de que habíamos hecho una excelente elección. El casco antiguo del pueblo, con sus calles estrechas y empedradas, nos invitaba a perdernos. Cada rincón parecía contar una historia, y nos dejamos llevar por los pasajes y las pequeñas plazas, descubriendo bares y restaurantes con terrazas llenas de gente disfrutando de la tarde. La arquitectura del lugar, con sus edificios antiguos y fachadas coloridas, tenía una belleza discreta pero cautivadora.

Decidimos cenar en uno de los restaurantes locales, donde nos ofrecieron platos típicos de la región, acompañados por un vino local que nos hizo sentir aún más conectados con la tierra que estábamos explorando. Mientras comíamos, nos dimos cuenta de que, sin ser parte de nuestro itinerario inicial, Desenzano había añadido una capa extra de magia a nuestro viaje. Era un pueblo que, sin pretensiones, nos había ofrecido un refugio perfecto para descansar y disfrutar de su ambiente único. Tras la cena, seguimos explorando sus callejuelas, sin rumbo fijo, simplemente disfrutando del momento, sabiendo que estábamos viviendo una de esas pequeñas sorpresas que hacen que los viajes sean tan especiales.

Area sosta camper Monzambano
N 45°23’22.2” E 10°41’34.44”


DIA 15. 28/08/2024 Lago di Garda

Salimos del Area Sosta Camper Monzambano con nuestra moto, con la emoción de emprender una nueva aventura. El sol acariciaba suavemente el aire fresco de la mañana, y decidimos recorrer la parte derecha del Lago de Garda, rumbo a Garda. La carretera se desplegaba ante nosotros, perfecta y sinuosa, como un suave baile de curvas que se fundían con el paisaje impresionante. Cada giro nos regalaba una vista distinta: las montañas que abrazaban el lago, las casas blancas y acogedoras de los pequeños pueblos que íbamos encontrando en el camino.

A medida que nos acercábamos a Garda, las sensaciones se intensificaban. El bullicio de la ciudad comenzaba a tomar forma a lo lejos, pero nosotros decidimos disfrutar del trayecto hasta llegar a su corazón. Aparcamos la moto cerca del centro y nos adentramos en sus callejones laberínticos. Las tiendas, los cafés, y los bares nos invitaban a parar en cada esquina. Nos perdimos entre las calles adoquinadas, disfrutando de ese ambiente tan característico, como si el tiempo se detuviera entre risas y conversaciones lejanas.

Tras un rato de explorar, nos dirigimos hacia la playa natural, que nos esperaba tras unos embarcaderos pintorescos. Al llegar, la vista del agua cristalina nos dejó sin aliento. El lago se extendía ante nosotros, reflejando el cielo azul como un espejo. Decidimos entrar al agua y, al tocarla, nos sorprendió lo perfecta que estaba: ni fría ni caliente, simplemente ideal. Nos sumergimos, disfrutando de la tranquilidad del momento, rodeados por la belleza inabarcable del Lago de Garda. La sensación de paz era absoluta.

Después de comer, ya con la autocaravana lista, dejamos atrás el área de autocaravanas de Monzambano y nos pusimos en marcha rumbo a Francia. Sabíamos que esa tarde iba a ser de pura conducción, pero no nos importaba en absoluto. La emoción de lo que nos esperaba al día siguiente mantenía nuestro ánimo alto y nuestras ganas de aventura intactas. La idea de recorrer la famosa carretera entre Monzón y Mónaco, conocida como las corniches, nos llenaba de ilusión. Ya nos imaginábamos cruzando esos túneles, girando en las curvas de la costa, rodeados por un paisaje espectacular de acantilados y rocas que se precipitaban al mar. Pensar en la belleza de esos lugares, donde el asfalto se funde con el azul profundo del Mediterráneo, nos hacía sonreír mientras avanzábamos por la carretera, sabiendo que el viaje al día siguiente iba a ser algo inolvidable.

A pesar de la larga jornada de conducción, la idea de ese recorrido tan esperado nos mantenía despiertos y ansiosos. Pensábamos en la sensación de libertad que nos daría la moto, el viento en el rostro mientras deslizábamos por esas rutas sinuosas, y cómo todo el paisaje se desplegaría ante nosotros como una pintura viviente. Solo quedaba esperar al amanecer y a ese primer giro hacia las corniches, donde todo lo que habíamos soñado iba a hacerse realidad.


DIA 16. 29/08/2024 Mentón - Niza

Recorrido en moto por la carretera M698


DIA 17. 30/08/2024 Menton - Leucate

La ruta entre Monzón y Mónaco, conocida como las corniches, es una de las más espectaculares de Europa, un verdadero paraíso para los amantes de la carretera y el paisaje. Desde el momento en que empezamos a rodar, la carretera comienza a serpentear suavemente a lo largo de la costa, y el primer túnel nos da una idea de lo que está por venir: un juego continuo de sombras y luz que refleja la magnificencia de la zona.

A medida que avanzamos, la carretera se va estrechando y las curvas se vuelven más desafiantes, pero el esfuerzo vale la pena. Cada giro ofrece una nueva perspectiva del mar Mediterráneo, sus aguas turquesas y su calma que contrasta con la imponente verticalidad de los acantilados. Las rocas se alzan como gigantes petrificados a un lado, mientras que al otro lado, el azul profundo del mar parece casi infinito. Es un contraste dramático entre el verde de las montañas, el gris de las rocas y el azul del océano.

Las vistas se suceden, una más impresionante que la anterior, y cada vez que cruzamos un túnel, el paisaje cambia de forma casi mágica: emergemos a una nueva visión, como si cada salida de túnel nos llevara a un mundo distinto, siempre más hermoso que el anterior. Los acantilados que caen al mar son casi sobrecogedores, mientras que las pequeñas villas y pueblos encaramados en las montañas añaden un toque de color, con sus casas de fachadas blancas y techos terracota.

El recorrido sigue la línea de la costa, y los picos rocosos parecen fundirse con el horizonte. Hay momentos en que sentimos que estamos conduciendo al borde del mundo, mientras las montañas y el mar se dan la mano en un abrazo interminable. A cada curva, el viento nos acaricia el rostro, y es imposible no sentirse pequeño ante tanta belleza.

Las corniches no solo nos regalan un espectáculo visual, sino también un desafío para la moto, cuyas curvas exigentes y el ritmo de la carretera hacen que cada momento sea un deleite para los sentidos. Es una sensación única: la adrenalina de la conducción, la paz del paisaje, el aire fresco del mar, todo combinado en una experiencia que no se olvida.

Y, al llegar cerca de Mónaco, la ciudad emerge entre la roca y el mar, con sus edificios y yates en el puerto, como una joya resplandeciente sobre el agua. La carretera nos ha llevado hasta allí, pero todo lo que hemos vivido en el camino, con sus vistas, sus emociones y su belleza inigualable, será lo que realmente recordaremos de este tramo de la costa mediterránea.

Una vez en Mónaco, nos sumergimos en su atmósfera única, donde la elegancia y el lujo se mezclan con la historia y la emoción de su entorno. Decidimos recorrer sus calles con calma, paseando por el casco antiguo, admirando la arquitectura de los edificios que se alzan entre el mar y las montañas, como si fueran parte de un escenario sacado de una película. Cada rincón tenía ese aire de exclusividad, con boutiques de marcas de lujo, coches deportivos estacionados a lo largo de las calles y un ambiente cosmopolita que se respiraba en cada paso.

No podíamos perder la oportunidad de visitar el famoso Casino de Montecarlo. Al acercarnos, el majestuoso edificio se erguía ante nosotros, con su arquitectura imponente y sus jardines perfectamente cuidados. Nos detuvimos unos minutos para admirarlo desde fuera, con la fachada decorada por estatuas y columnas que parecían sacadas de una época dorada. Al entrar, nos envolvió el aire sofisticado y elegante del lugar, donde las mesas de juego, las luces suaves y el murmullo de los visitantes daban la sensación de estar en un mundo aparte. Aunque no probamos suerte en las mesas, la atmósfera del casino nos hizo sentir parte de algo especial, como si hubiéramos tocado, aunque solo fuera por un momento, el lujo y la historia de este rincón emblemático de Mónaco.

Pero lo mejor de todo fue cuando, al dejar el casino atrás, decidimos subirnos a la moto para recorrer el circuito urbano de Mónaco, la famosa pista de la Fórmula 1. Fue una experiencia única. Cada curva, cada recta, cada tramo nos hizo sentir como si fuéramos parte de una carrera épica. La ciudad, con sus empinadas colinas y edificios a la orilla del mar, se transformaba en una pista llena de historia, con el rugir de los motores en nuestra mente. Con cada giro, nos imaginábamos los coches de F1 acelerando, el sonido de las ruedas contra el asfalto, el bullicio de la multitud en las gradas… Pero en ese momento, solo estábamos nosotros, disfrutando del recorrido, sintiendo el viento en el rostro y la emoción de estar donde grandes pilotos habían dejado su huella.

Con el mar a nuestra izquierda y la ciudad a nuestra derecha, el circuito nos ofreció unas vistas impresionantes, como si cada curva estuviera diseñada no solo para desafiar a los conductores, sino también para regalarnos un panorama espectacular de Mónaco, con sus yates lujosos flotando en el puerto y el horizonte resplandeciendo bajo el sol. Fue una forma de conectar con la esencia de Mónaco, de vivir la ciudad no solo como turistas, sino como parte de esa energía vibrante que solo este lugar puede ofrecer.

El paseo por el circuito nos dejó una sensación de adrenalina y satisfacción, como si hubiéramos tocado un pedazo de historia del automovilismo, pero con la libertad que solo una moto puede dar. Mónaco nos había recibido con los brazos abiertos, regalándonos un día lleno de lujo, emoción y vistas que nunca olvidaremos.

Después de la emoción de recorrer las calles de Mónaco y el circuito de la Fórmula 1, decidimos relajarnos un poco y fuimos en busca de una playa cercana. No queríamos una de esas playas llenas de turistas, sino una más tranquila, donde pudimos disfrutar del mar sin las multitudes. Encontramos una pequeña cala escondida, un rincón de paz junto a las aguas cristalinas del Mediterráneo.

La playa era diferente a las que conocemos en las costas españolas, mucho más exclusiva y cuidada. La arena era fina y dorada, pero lo que más nos sorprendió fue el ambiente tan único que tenía el lugar. En lugar de los típicos chiringuitos con sombrillas y música a todo volumen, había un pequeño chiringuito de estilo rústico, casi como una cabaña de madera, muy acogedora y sencilla, pero con un toque elegante. No había grandes multitudes ni el bullicio que solemos asociar con las playas más turísticas. Todo estaba muy bien integrado con la naturaleza que lo rodeaba, ofreciendo un ambiente relajado y tranquilo, perfecto para disfrutar de la calma.

Nos acercamos al chiringuito y nos sorprendió la carta, llena de platos sencillos pero muy sabrosos, con productos frescos de la zona. Optamos por algo ligero, quizás no lo que esperaríamos encontrar en una playa española, pero eso fue parte de su encanto. Pedimos unas ensaladas frescas con ingredientes locales, acompañadas de mariscos frescos que acababan de llegar del puerto, y para beber, una copa de vino blanco bien frío que maridaba a la perfección con la brisa marina. La comida era deliciosa, con una simplicidad que hacía que cada bocado supiera a algo especial, sin pretensiones pero con mucha calidad.

Después de comer, nos tiramos al agua para refrescarnos. El mar estaba estupendo, tranquilo y cristalino, ideal para un baño relajante. Al nadar, nos rodeaba la sensación de estar en un lugar apartado, como si el tiempo se hubiera detenido por un momento. No había prisas, solo el sonido del agua y el sol brillando sobre nuestras cabezas.

Mientras flotábamos, nos sentíamos agradecidos por ese día lleno de contrastes: desde la emoción de la ciudad de Mónaco hasta la calma de esa playa escondida. Era el equilibrio perfecto entre aventura y relax, y sin duda, el chiringuito y el mar fueron el broche perfecto para cerrar un día inolvidable.

Al regresar hacia nuestra autocaravana, decidimos tomar la carretera de las corniches altas, una ruta aún más espectacular que la que habíamos recorrido por la costa baja. La carretera serpenteaba aún más cerca de los acantilados, ofreciendo vistas aún más impresionantes del Mediterráneo. El paisaje parecía sacado de un sueño, con el mar extendiéndose hasta el horizonte, la luz del sol reflejada en las aguas, y las montañas que nos rodeaban como gigantes silenciosos. Cada curva nos ofrecía una nueva perspectiva, y nos sentíamos como si estuviéramos en la cima del mundo, inmersos en la belleza natural de la región.

Decidimos hacer una parada en Éze, un pequeño pueblo medieval que se alza sobre una colina, aparentemente suspendido en el tiempo. Al entrar en sus estrechas calles adoquinadas, nos encontramos con una atmósfera única, como si hubiéramos retrocedido siglos atrás. Las casas de piedra, algunas de ellas decoradas con flores coloridas, parecían haberse mantenido intactas a lo largo de los años, resistiendo el paso del tiempo. El aire fresco de la montaña, mezclado con el aroma de las plantas y las flores, nos envolvía mientras caminábamos por sus calles empedradas.

Éze no era solo un lugar pintoresco; era un lugar que invitaba a perderse en cada rincón. Nos adentramos por las pequeñas callejuelas, ascendiendo poco a poco hacia la cima de la colina. Cada paso nos llevaba más alto, y las vistas se volvían cada vez más impresionantes. A medida que llegábamos a la parte más alta, donde se alza el antiguo castillo y las ruinas de fortificaciones de civilizaciones pasadas, el paisaje se abría ante nosotros en todo su esplendor. Desde allí, la vista del mar y las montañas era simplemente espectacular, como si estuviéramos en un mirador privilegiado del Mediterráneo.

En lo alto, las piedras del antiguo castillo nos contaban historias de épocas pasadas, cuando Éze fue un importante bastión defensivo, y las civilizaciones que habitaron la región fortificaron este lugar para protegerse de los invasores. Las murallas, aunque desgastadas por el tiempo, mantenían una grandeza que hablaba de la importancia estratégica de este pueblo en la antigüedad. Nos sentamos en un rincón tranquilo, contemplando el paisaje que se desplegaba ante nuestros ojos, y no podíamos evitar sentir una profunda conexión con la historia de este lugar.

Recorrer Éze fue como caminar por un pedazo de historia, un pueblo que parecía haberse quedado suspendido en el tiempo, guardando secretos de civilizaciones pasadas entre sus calles empedradas y sus antiguas murallas. Era un lugar que, aunque pequeño, tenía una energía especial, una mezcla de calma y misterio que nos invitaba a quedarnos un poco más.

Después de recorrerlo, con la sensación de haber viajado a otra época, nos dirigimos de nuevo hacia la autocaravana. Éze, con su belleza atemporal y su historia fascinante, había sido una parada que definitivamente valía la pena. La carretera de las corniches altas nos había regalado una experiencia inolvidable, y ese pequeño pueblo en lo alto de la roca había añadido un toque mágico a nuestro día.

Para finalizar el recorrido, hicimos una última parada en el pueblo de La Turbie.

Caminamos juntos por las callejuelas empedradas de La Turbie, bajo un cielo azul salpicado de nubes suaves. El aire huele a lavanda y piedra antigua, y el murmullo del viento nos acompaña mientras ascendemos por sus cuestas tranquilas. A cada paso, descubrimos balcones llenos de flores, contraventanas azules descoloridas por el sol y gatos perezosos dormitando en los alféizares.

Nos detenemos un momento frente al imponente Trofeo de Augusto, una mole romana que domina el paisaje, recordándonos la historia que se esconde en cada rincón. Desde allí, la vista se abre hacia el Mediterráneo, donde el mar reluce como una moneda bajo el sol. Hablamos en voz baja, con el respeto de quien se sabe huésped en un lugar cargado de siglos.

Después, bajamos por una pequeña plaza donde las mesas del café se llenan de risas y aroma a café. Nos sentamos, compartimos una tarte aux pommes todavía tibia y dejamos que el tiempo pase lento, como si La Turbie nos hubiera enseñado a no tener prisa.

Nos despedimos de La Turbie con una última mirada hacia el mar, y emprendemos el camino hacia nuestra autocaravana, que nos espera como siempre: discreta, fiel, lista para llevarnos al siguiente destino.

Al llegar a Leucate, el cambio de aire es inmediato: huele a mar vivo, a algas, a salitre, a puerto pequeño con historias largas. Aparcamos en el área de autocaravanas y nos vamos a descansar. Por la mañana nos espera una despedida de ostras y vino blanco del lugar.


DIA 18. 31/08/2024 Leucate - Antequera

Cerca de Leucate hay un vivero, un rincón casi secreto donde las ostras no hacen viaje, porque simplemente pasan del agua al plato.

Nos sentamos en una mesa de madera, al aire libre, con los pies casi tocando el agua de la ría y el sonido de las gaviotas de fondo. Nos sirven una bandeja rebosante de ostras fresquísimas, aún frías de mar, y una copa de vino blanco local, seco y con un punto salino que parece hecho a medida para este momento.

Brindamos. Por el viaje, por los paisajes, por los silencios compartidos. Por Eslovenia, Croacia, Italia y Francia, que nos han regalado estos días, y por España, que nos espera del otro lado de la frontera.

Y por nosotros, claro, que sabemos saborear los finales tanto como los comienzos.

No hay comentarios

Agregar comentario

Debe ser Conectado para agregar comentarios.